jueves, 17 de enero de 2008

Solitario del Castillo

Posted on/at 5:49 by Juan Barrios

Solitario del Castillo


Material: Un mazo de cartas españolas.


Objetivo: Formar escaleras ascendentes desde el As hasta el Rey del mismo palo.


Como jugar al solitario del castillo


-Repartir una fila de cinco cartas tapadas.


- Luego, arriba de ella, otra de cuatro cartas, y arriba de esta, una fila de tres.


-Colocar, por último, arriba de las tres una sola tapada. Repartir sobre las cartas todas las restantes, descubriendo encima de las pilas formadas por las cartas tapadas. Este cuadro forma el castillo.


-A medida que salen los Ases se retiran y reemplazan por otra carta. Ellos forman las bases para construir las escaleras.


-Se mueven las cartas del "castillo" para formar secuencias descendentes, alternando palos diferentes. También pueden moverse secuencias de cartas de una pila a otra según sea la conveniencia.


-Las cartas que están tapadas se pueden destapar cuando que­dan a la vista. Si una pila completa se termina y deja un espacio vacío, éste puede llenarse con cualquier secuencia enjuego.

sábado, 12 de enero de 2008

Solitario desfile de parejas

Posted on/at 5:10 by Juan Barrios

Solitario desfile de parejas

Material: Un mazo de cuarenta cartas (descartar los onces y doces). El mazo queda reducido a treinta y dos cartas.


Objetivo: Retirar todas las cartas del mazo por parejas de cartas iguales.


-Colocar las treinta y dos cartas en cuatro hileras horizontales de ocho curtas cada una.


Como jugar al solitario desfile de parejas


-Iniciar el juego retirando las parejas que haya en la hilera inferior.

Al sacar dos cartas de la hilera inferior, quedan disponibles las inmediatas de la hilera superior, las cuales, a su vez, pueden retirarse, siempre que formen pareja con otra carta cualquiera dis­ponible.


Podrán utilizarse aquellas cartas cuyo espacio inferior esté libre (ver ilustración).


-Continuar el juego hasta haber logrado retirar todas las car­tas por parejas.


-Si entre las cartas disponibles no hubiera dos iguales, se pier­de el solitario.